26 de diciembre
En nada nos asentamos en el 2024.
Centenario de mi difunto padre.
Desde mi orfandad estas fechas tienen tintes de ausencias, pero ayer y anteayer volví a sentir la cohesión familiar. Tras la pérdida de mi padre.
En septiembre, cuando él cumpliría cien, recordaré, si mi ser y estar lo dan.
La marca es la distancia de treinta, entre él y yo.
Mamá se nos fue antes.
De ella, hoy puedo recordarme a su lado, en el hospital.
De urgencia, no tuvo día 25 en casa. Nuestra última Nochebuena, los cuatro. Mi hermano sabía que no habría otra similar.
No debieron dar de alta a mi madre y a mi tía. O sí. Médicos sabrían. Quizás.
Sólo los hechos puedo ponerme delante.
Su declive se puso en marcha tras una caída desafortunada en agosto de ese 2012.
Cuando la perdí se me enquistó la tristeza. Y no sólo eso. Desde entonces me veo en ella. En reacciones. En gestos. En el espejo.
Una prima de ella, cuando me dio el pésame la vio en mí.
Papá, en sus últimos días, también.
Envejecemos dando testigo de las raíces de nuestra ascendencia.
Yo pasaré a otra decena. Si nada no lo remedia.
Confesaré que no las tengo todas conmigo.
Desde mi 69 cumpleaños, en que el COVID me hizo de las suyas, mi digestivo no recupera fortalezas.
Como me venga otro temo peor resaca.
Nos dejaron frágiles y temerosos.
A papá y a mamá se la jugó esa neumonía hospitalaria que arrasa.
Ahora más.
No sé qué pasó, pero he visto que tenía una cita de digestivo en noviembre y creía haberla pasado a enero, pero en la aplicación no tengo la referencia, ni la especialista con quien la tenía.
Igual me equivoco y no es así.
Estoy perpleja.
Veré.
Me quedo en casa, que hace frío.
Otra cuestión la tengo con mis perfiles de tiktok.
Demasiados.
En uno he ido haciendo directos. Seguido. Ayer no. Voy a darme un paréntesis y virar o no.
Comimos fuera el 23 ó 22. No sé. El caso es que volvieron los gases y diarreas. Cada día tomo probióticos. Lo frené con carbón activado. La Nochebuena, también. A ver si no vuelven. Empezaba a coger confianza. Pensaba que estaba mejorando y comía de todo y con gana. Recuperándome.