sábado, 18 de noviembre de 2023

18 de noviembre. Tema sugerido por un aporte encontrado en Instagram.

 Beber

Bebí.

Si bebo, noto de inmediato su efecto.

Me suelta la lengua.

Vivo una sensación de euforia.

Ya no bebo de más.

Lo evito.

Me hizo daño.

Emocional y físico.

Tras una intervención quirúrgica, en el verano del 92, dejé tabaco y alcohol.

Aún así, si tomo una copa por razones sociales, bebería más.

Mi sentido del gusto se complace en el reencuentro.

Evito dejarme llevar.

En mi infancia un porrón con vino estaba a mi alcance.

Aprender a beber de él era un logro.

El pan con vino y azúcar.

Los años de amistades para salir y conversar trajeron un beber sin más límite que el del tiempo transcurrido y la cartera (dinero disponible). Entonces no había tarjeta ni móvil.

Tuve el tropiezo agudo que me hubiera llevado a un proceso irreversible. De él salí. Eran finales de los setenta y los ochenta.

Nos expusimos sin cabeza. No caí en otras drogas. Sí, drogas, porque el alcohol lo es.

Se han vendido los beneficios de tomarlo.

No lo tengo tan claro.

No beber, hoy, en mi caso es lo normal. Puedo participar del jolgorio con agua y disfrutar.

Me enaltezco sin su presencia. Lo hago disfrutando de la compañía.

El café sigue en mi dieta. Uno al día. El que me hago por las mañanas para desayunar. Un segundo café casual si coincido a media mañana con los demás.

Chocolate negro a diario.

Los he apuntado porque son estimulantes.

Procuro cuidarme, pero padezco de migrañas a menudo.

Si se me pregunta sobre mi negativa a tomar un vino, o cerveza, señalo esa dificultad.


Escrito sugerido por https://www.instagram.com/p/CzVo5v4tpiM/


No hay comentarios:

Publicar un comentario

28 de enero