sábado, 20 de enero de 2024

20 de enero

 20 de enero 

Ayer, al final de mi actividad diaria, empecé nueva lectura.

Acabo de leer allí donde me quedé.

Fue sugeridas por recomendación de una amiga en letras.

Estoy interesada.

Llevo cuatro libros de préstamo digital, y los que esperan.

Muchos a un tiempo.

Eso es un decir.

Leer en mi presente no tiene nada que ver con mi pasado.

Desde que escribo y afronto historias propias, no es igual.

Me sucede lo que en aquel tiempo de registros de vídeo. Eso me llevó a una lectura de la imagen y des apasionamiento sobre lo que se pretende.

La vida ha hecho lo mismo conmigo.

Haber emergido de mis cenizas en más de una ocasión me hace mirarla pasar con otra emoción. Lo que no impide que a veces, al descuido, me pilla desprevenida y vulnerable.

Ver otras trayectorias y revisar la mía hace de mí sujeto y espectador.


Anoche tuvimos luna sobre la ría. Refulgente.


Ya se cerró el día.


Saber a dónde no regresar.

Igual es un tiempo.

Un lugar.

Un ambiente.

Un grupo social.


Allá donde nadie sacó de mí mi mejor gesto y sentimiento.

Allá donde quemé mi mente y cuerpo.

Allá donde sufrí descrédito y perdí valor.


Con quienes no encontré acogida.

Con quienes me sentí inferior.

Con quienes jugué sombras enmascarando las ganas de huir.


Un lugar que me expulsó.

Un sitio de otros y otras.

Un espacio no acogedor.


Nunca volvería a ser yo en ese tiempo y lugar.

Nunca la niña.

Nunca la adolescente.

Nunca la joven.

Nunca más.


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28 de enero